Qué se hizo firmamento de aquel tiempo de cemento. Qué de tan fugaces amores las corbatas de colores. Viento y palabras del mundo, poderoso el taciturno discurso de su verdad. El dueño de la soberbia y las sobras de la piedad. Micrófonos de torpeza y esa voraz maleza en la fábrica de vasallos. No hay ángel en los caballos ni suerte en los rascacielos. La impaciencia de estos duelos va hacia un río sin cuidado. Ciego va el delicado a su oscuro dividendo. Razón de más el arriendo que otorga fuerza a sus dueños. Artificio de su nada lo que hicieron de tus sueños.
Juan Carlos Mestre. La bicicleta del panadero. Calambur, 2012.
Imagen: Roland Topor. Re-bonjour, 1981.

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