miércoles, 1 de octubre de 2025

CON PALABRAS DISTINTAS


 

La poesía asesinó a un cadáver,

decapitó al crujiente

señor de los principios principales,

hirió de muerte al necio,

al fugaz señorito de ala triste.

Escupió en su cabeza.

                                               No hubo tiros.

Si acaso, sangre pálida,

desnutrida y dinástica,

o el purulento suero de los siempre esclavos.

Cayeron de sí mismas

varias pecheras blancas en silencio.

Se abrió el horizonte. Sonó el látigo

improvisado y puro.

Hubo un revuelo entre los mercaderes

del profanado templo.

                                               Ya después del tumulto,

llegaron retrasadas cuatro vírgenes

de manifiesta ancianidad estéril.

Mas todo estaba consumado.

                                                           Huyó la poesía

del ataúd y el cetro.

                                               Huyó a las manos

del hombre duro, instrumental, naciente,

que a la pasión directa llama vida.

Se alzó en su pecho, paseó sus barrios

suburbanos y oscuros,

gustó el sabor del barro o de su origen,

la obstinación mineral,

la luz del brazo armado.

                                               Y vino a nuestro encuentro

con palabras distintas, que no reconocimos,

contra nuestras palabras.

 

 

José Ángel Valente. La memoria y los signos, 1960-1965. En Punto cero. Poesía 1953-1979. Seix Barral, 1980.

Imagen: Gabriele Mucchi. Gramsci in carcere, 1977.

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