martes, 19 de julio de 2016

PARA LA SEGUNDA VIDA DE FERMÍN SALVOCHEA



1.    Manifiesta que en la actualidad carece de toda clase de bienes.

2.    Deja su esqueleto a su pariente y amigo el Doctor en Medicina y Cirugía don Celestino Párraga y Acuña, como Decano de la Facultad, para que lo utilice al servicio de la misma, quedando igualmente autorizado para enviar el cadáver a la clase de anatomía.


   (Del segundo testamento de Fermín Salvochea.
                             Cádiz, 7 de agosto de 1906)



No te bastaron esas palabras

que toman el tamaño del aire

para nombrar el azul de la libertad,

ni te bastó la vida para recorrerlas,

como quien camina por un mapamundi

que a cada paso se rehace,

porque, aún antes de morir, levantaste tu muerte,

la dispusiste para el abrazo y

la vestiste con aquellas mismas palabras

del tamaño del aire;

después, pusiste a tu muerte cara al viento,

le afirmaste los pies sobre el océano,

la echaste a andar.




Salvador Compán Vázquez. En 65 Salvocheas. Quorum, 2011.

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