martes, 31 de diciembre de 2013

La campana da las doce



La campana da las doce;

las doce el eco repite;
                
las doce el sereno canta
    
y un día más se despide.




Augusto Ferrán. La soledad. 1860

Imagen: James Ensor. Intriga, 1911.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Confundidos contra cadáveres



encontramos cadáveres

en lamentable estado

de putrefacción

gritando


entenebrecen el aire

ondas de radio

ondas de radio

como látigos repetidos


Dime si sabes recordar aún

quién eres

quiénes somos.



David Eloy Rodríguez. Miedo de ser escarcha. Qüásyeditorial, 2000.
Imagen: Lee Miller. Mujeres con máscaras antifuego. Londres, 1941.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Alguien con quien trabajas



Soy un profesional

me dijo y no mentía


era todo un experto

en lavarse las manos

en mirar a otra parte

o hacer el avestruz


estaba satisfecho

no le cabía duda

se merecía todo

lo que tenía


allá los otros

que no fueron capaces

de llegar donde él

más allá de sí mismo

todo importaba poco


no te hagas mala sangre

no merece la pena

son dos de sus consignas

y también por supuesto

eso no va conmigo

            o

tenemos lo que nos merecemos


no me hagas creer que te merezco

que es mejor no tener sangre en las venas

que cuando voy tú vuelves

que no me puedo fiar de nadie


sobran profesionales como tú


de gente de una pieza

de eso sí estamos faltos




Daniel Fernández. Sin horario y sin ley, sencillamente. Centro Cultural Ángel Leiva. Sevilla, 2011.

Imagen: George Grosz. Día gris, 1921

martes, 17 de diciembre de 2013

Las hermanitas de los pobres



Qué sería de los pobres

sin las hermanitas de los pobres.

Quién les consolaría,

les salvaría del suicidio,

les haría felices.

Y cuántas hermanitas:

una hermanita para cada pobre...

La hermanita estrella de los cielos,

la hermanita paloma de los parques,

las hermanitas flores de los jardines,

las hermanitas barquitas de los puertos.

Va un pobre,

contempla las barquitas,

y piensa: no soy tan pobre

si puedo contemplar las barquitas...

Las hermanitas fuertes,

la hermanita fiambrera,

las hermanitas tabernas,

¡ah, las hermanitas tabernas de los pobres!

La hermanita tristeza...

La hermanita noche:

quién acoge a los pobres

tan dulcemente como la hermanita noche.

Las hermanitas alucinaciones.

Tengo alucinaciones,

le dice un pobre a otro pobre.

Cuánta compañía hacen las alucinaciones...

La hermanita ciudad

llena de paseos y de árboles

por donde van tranquilos los pobres...

La hermanita libertad

que un día los despierta...

¡Vivan los pobres!





Jesús Lizano. El ingenioso libertario Lizanote de la Acracia o la conquista de la inociencia. Virus editorial, 2009.

Imagen: Bruce Gilden

sábado, 14 de diciembre de 2013

Moralidades legendarias



Odian a César y al poder romano.

Se privan de comer la última uvita

pensando en los esclavos que revientan

en las minas de sal o en las galeras.


Hablan de las crueldades del ejército

en Iliria y las Galias.

Atragantados

de jabalí, perdices y terneras

dan un sorbo

de vino siciliano

para empinar los labios pronunciando

las más bellas palabras:

la uuumaaaniiidaaad, el ooombreee, todas ésas

–tan rotundas, tan grandes, tan sonoras–

que apagan la humildad de otras más breves

—como, digamos por ejemplo, gente.


Termina la función. Entran los siervos

a llevarse los restos del convite.

Entonces los patricios se arrebujan

en sus mantos de Chipre.

Con el fuego del goce en sus ojillos,

como un gladiador que hunde el tridente,

enumeran felices los abortos

de Clodia la toscana,

la impotencia de Livio, los avances

del cáncer en Vitelio.

Afirman que es cornudo el viejo Claudio

y sentencian a Flavio por corriente,

un esclavo liberto, un arribista.


Luego al salir despiertan a patadas

al cochero insolado

y marchan con fervor al Palatino

a ofrecer mansamente el triste culo

al magnánimo César.


José Emilio Pacheco. Irás y no volverás, 1973. En No me preguntes cómo pasa el tiempo. Poesía II (1964 – 1972). Visor, 2010.
Imagen: Henri Cartier-Bresson. Nueva York, 1960.