domingo, 29 de marzo de 2020

UNA GENERACIÓN (Grabado en Mezzotinta)


De tanto agitar banderas se fueron volviendo harapos.

Muchos, como Eneas, íbamos con el padre a cuestas

En lucha con su sombra y su talante.

El fantasma que recorría el mundo

Se sentó a nuestra mesa y compartió

Un pan hecho con la levadura del sueño.

Recordábamos a Louise Michel,

Su manera de señalar que la misma madera

Sirve para fabricar toneles o cadalsos.

A cada tanto recibíamos noticias de Patmos:

Paisajes devastados y hombres desplazados,

Lejos del más allá de las ciudades.

Se fueron poblando de vacíos las mesas del café,

De herrumbre los cubiertos del ausente.

El oscuro garitero repartía un naipe negro

Y supimos que la muerte, como un corredor de fondo,

Entrenaba en los estadios nocturnos y vacíos.

Siempre hubo mujeres lavando el agua,

Dándonos a comer el pan de la alegría.

Despreciamos los pasos congelados de la estatuaria,

Los caballos de bronce y los poetas de mármol,

Las mutiladas Venus que desconocen el desperezo o el abrazo.

Una tertulia de sombras bebía el vino del destierro.

En ella estaban el que cerró la puerta,

El que fue mala noticia en una edición de tarde,

El que jamás juró ser novio de la muerte.

A nosotros nos tocó aprender a nadar en un naufragio.


Para Iván Darío y Leopoldo




Juan Manuel Roca. Biblia de pobres («Biblia Pauperum»). Visor, 2009.

Imagen: Antonio Seguí. Distancia de la mirada.

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