viernes, 19 de mayo de 2023

Error humano


 

Que si no llevaba el casco.

Que si no había comprobado el tubo de anclaje.

Que si no había dormido lo suficiente.

Que si no se puso los guantes.

Que si era un irresponsable.

Que si conducía a una velocidad inadecuada.

Que si no hizo caso de las normas del protocolo.

Que si se estaba rascando los huevos.

Que si se había tomado un par de cañas.

Que si no se lo había mandado el capataz.

Que si no llevaba las gafas de seguridad.

Que si no tenía que estar en ese sitio.

Que si no tenía autorización.

Que si no tenía el carné.

Que si no tenía que haber tocado los cables.

Que si estaba siempre en babia.

Que si no tenía experiencia.

Que si no respetó la señalización.

Que si no había notificado las lesiones cardíacas.

Que si no se había atado bien un zapato.

Que si tenía depresión.

Que si no estaba bien de la cabeza.

Que si no estaba bien de la cadera.

Que si no estaba bien de la vista.

Que si no estaba bien del oído.

Que si no estaba bien de los nervios.

Que si iba de listo.

Que si iba de tonto.

Que se lo había buscado.

Que la culpa fue suya.

Sí.

Que la culpa fue única y exclusivamente suya.

 

 

Conrado Santamaría. Tanteos.

Imagen: W. Eugene Smith. Dance of the Flaming Coke, Pittsburgh, 1955-1956.

5 comentarios:

  1. Celan, Primo Levi ... tantos otros ... no soportaron vivir bajo la culpa de haber sobrevivido. En la culpa hay algo que muere.

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  2. Siempre hay justas y justificadísimas razones para la culpa, la denigración pública y la consiguiente condena. Sucede, a veces, que el poder que condena invita al escenario a otra figura: el perdón. Ha de pedirse perdón. No sólo el culpable, sino el que dicta la sentencia, por haberse hecho cargo de la "verdad verdadera": del cumplimiento de la Ley. Entonces ya se es otro. Un otro redimido, que no es más que un velamiento de la vuelta a la casilla de salida: un retorno a lo que siempre ese otro (el juez) ha sido.
    Y así se reinicia, una vez más, el juego de la tríada cristiana: ley, culpa y perdón.

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    1. Dos equiparaciones reveladoras: el mundo laboral con el concentracional (la etimología de “trabajo” nos habla de su esencia y sus accidentes) y la rueda “ley, culpa y perdón” (que gira sobre la evolución del concepto de trabajo en el cristianismo, desde su origen como maldición a su definitiva consagración por la Iglesia, la palabra sacralizadora del Estado). Muy buenas reflexiones, Joan. Salud!

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  3. "Que si no tenía que estar en ese sitio". Probablemente esta sea la única indicación cierta, desde un punto de vista social, claro.

    Contundente mordacidad, Conrado. Muy bueno.

    Salud!

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    1. Loam, tienes un ojo de lince. Salud y gracias por compartir!

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