domingo, 15 de junio de 2025

[FUE]


 

FUE

 

la música mortal, el alarido

 

de los caballos incesantes, fue

 

una pavana fúnebre a la hora

 

del algodón ensangrentado.

 

 

Fue la declinación de mil cabezas,

 

la gárgola que aúlla maternal, los círculos

 

de la gallina atormentada.

 

Es aún, otra vez, la cal, el hueso

 

frío en nuestras manos, la

 

médula negra de la policía.

 

 

Antonio Gamoneda. Arden las pérdidas, 1993-2003 y 2004. En Esta luz. Galaxia Gutenberg, 2004.

Imagen: Igor Posner

2 comentarios:

  1. Transformar el telúrico conocimiento de la palabra en poesía y esta en cáliz de la realidad. Gamoneda trasciende la poesía.

    Salud!

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    1. Así es, Juan, aunque yo diría que Gamoneda lleva a cabo el cumplimiento de la inmanencia poética. Salud!

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