Ya están las doce a caballo.
Los ruidos están rasgando
el sueño de la viejita.
Viene el fantasma del asma,
tose, renquea, se agita…
Se levanta, mira al patio
la televisión lo grita,
dan las doce campanadas
la locura se recita.
La Nochevieja la vieja,
abre un álbum, se detiene
en cierta fotografía.
(Los vecinos como cubas.)
Y lloró las doce lágrimas
sin comer las doce uvas.
Nochevieja
de la vieja.
Gloria Fuertes. Mujer de verso en pecho. Prólogo: Francisco Nieva. Cátedra, 1995.
Imagen: Valentin Gubarev
Las uvas agridulces de Gloria Fuertes
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