viernes, 3 de febrero de 2017

Mientras dormíamos


Mientras dormíamos tranquilos

en mitad de la niebla,

y a resguardo, pensábamos, de todo lo imposible,

la pesadilla nuestra

                                   cobró vida

bajo una luz de liza no olvidada.

Desfilaron entonces las corporales sombras

con sus siglas de oro

por la hacienda del mundo

con voluntad de credo,

y ocuparon mansiones despachos directorios,

magnitudes con vistas

panorámicas al vértigo

de negros diagramas, de ganosos

despliegues a rodillo

sobre los mapas mudos

y cálculos de sangre que aún fluía.

Todavía,

todavía quedaba condominio al alcance,

todavía los sacos andaban casi llenos

y el cuerno de batida resonaba en los bosques.


Virginal la inocencia temblaba entre cartones

y, al fondo,

los vecinos levantaban las manos

camino del destierro.


Y nosotros, nosotros, seguíamos dormidos

en mitad de la noche,

agitando intranquilos los brazos

de la angustia, rebullendo

los ojos por detrás de los párpados, el hilillo

de baba resbalando,

el hilillo de baba

humedeciendo

almohadas bancarrotas ignominias.





Conrado Santamaría. De vivos es nuestro juego.
Ruleta Rusa, 2015.

Imagen: Johann Heinrich Füssli. La hechicera de la noche visita a las brujas de Laponia.

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