martes, 3 de mayo de 2016

OPINIÓN



Los poemas escritos en

estado de frialdad tienen

una ventaja: están escritos

en estado de frialdad. El odio

del vecino no entra ahí, ni el vecino

atado a su odio y

se puede alabar las bellezas del paisaje.

Alabar es una palabra rara, lleva

del ala al bar donde

el estaño está mudo.

Los poemas sin sangre

tienen una ventaja:

no tienen sangre, ni

sacudones mortales o inmortales, ni

la imperfección, la suciedad

de todos. Eso cae y nada

perturba la tierra.

A los poetas que practican esa visión y

sin duda escriben hermosos poemas,

habría que levantarles una estatua

ciega que no se vea.

Es bello su no estar.

Todo está bien afuera

de todo lo que está mal, intocado y

lejos de la escritura, lejos,

en un canto bajito.




Juan Gelman. País que fue será, 2004. En Otromundo. Antología 1956  – 2007. FCE, 2008.

Imagen: Giorgio de Chirico. El enigma de un día, 1914.

4 comentarios:

  1. La perfección está demasiado sobrevalorada.

    Un saludo

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  2. Y la neutralidad presumida o presunta.

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  3. Viene a mi memoria... "...concebida como un lujo cultural por los neutrales..."

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  4. Los poemas escritos con manos limpias tienen una ventaja, que están escritos con las manos limpias de la gran Cultura.

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