jueves, 1 de diciembre de 2016

[De niño quería ser soldado]



“Todos los aguijones dulces que salen de las manos,

todo ese afán de cerrar párpados, de echar obscuridad o sueño,”

VICENTE ALEIXANDRE



De niño quería ser soldado,

como otros hombres de la familia,

– que disparaban los domingos a las palomas – 

Capitán Trueno, El Jabato,

hasta que en una librería encontré

                                                                       Espadas como Labios.

Le dije a mi padre que quería ser poeta

y me dio una paliza,

– un golpe en el labio, un golpe en la mejilla, un golpe

en la nariz y sangre, y otra vez en el labio,

– al ritmo de quien golpea pelota con pala en el frontón,

– un golpe, labio, un golpe, mejilla, un golpe, nariz

y miedo.


Mi madre me llevó al baño y la sangre en la loza

escribió los versos, – recuerdo el ritmo de los golpes,

con el sonido alivio del agua corriendo,

con el sabor a sal de lágrima y sangre,

como un mar.





Pablo Müller. Contra el miedo. Amargord, 2015.

Imagen: Lewis W. Hine. Belgrado, 1918.

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