domingo, 17 de diciembre de 2017

CONFIESA QUE ERES MIEMBRO DE LA MAFIA



No importa que me niegues el saludo.

Nos hemos visto en Zara. Lo sabes. Lo sabemos.

No intento delatarte. No te asustes.

Es algo entre nosotros.


La mafia nos protege

a costa de ser ciegos, de ser sordos y mudos.

Debemos masticar hasta la nada

la incógnita del miedo. Y sin embargo

– perdón si me equivoco – 
                      
me arañaron a gritos tus pupilas

cuando me viste hurgando en la basura.

Me sangraron tu fobia al enemigo.

Por eso quiero hablarte. La mafia nos engaña.

De pronto, el adversario

somos todos.


Y es tu cruz. Y tu culpa. Por aquí la de todos.

Lo sabes. Es inútil que me niegues.

No busco compasión en los contenedores.

Mañana serás tú. Por eso

quiero hablarte.

Vivir bien causa daños. La mafia los llamamos

daños colaterales

o males necesarios. Pero mira,

se han vuelto daños prójimos.

La mafia nos desahucia.


Rompamos la mordaza. Vociférale al mundo

tu vergüenza. Piensa

que para ser apóstata del voto

de obediencia tendrás

que apostatar también

del voto de silencio.


                                                           Primer paso:

Confiesa que eres miembro de la mafia.





Ritxi Poo. Trampas al solitario. Amargord, 2016.

Imagen: Bruce Gilden. Mafia Funeral, Nueva York, 2005.

2 comentarios:

  1. Aúpa Conrado!
    Qué alegría que nos recordemos.
    Gracias sin fin.
    Abrazos!

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    1. Kaixo, Ritxi, un placer recordar los buenos momentos y una alegría verte por aquí. Zuri eskerrik asko eta besarkadak

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