sábado, 15 de junio de 2019

“FELIZ VEJEZ”


Qué vieja es siempre la palabra sincera

y qué moderna es siempre la mentira.


Qué viejas siempre las canciones

y qué modernas siempre las guerras.


Qué viejos siempre los abrazos para quienes están lejos de su casa

y qué modernos siempre los prejuicios de quienes poseen la tierra.


Qué viejas siempre las celebraciones del hombre libre

y qué modernas siempre las cárceles y las cadenas.


Qué viejo el tesoro del aprendizaje, de la cercanía, del lecho confortable.

Qué moderno el miedo, la ley, la infamia, la vanidad infinita.


Qué viejos siempre los niños, las madres, los animales, la vida

y qué moderna es siempre la tortura, el hambre, el cementerio de inocentes.


Qué viejo siempre el cese de un conflicto

y qué moderno siempre el comienzo de otro.


Qué viejas siempre las ideas gratuitas al servicio de todos

y qué modernos siempre los balazos en las nucas y los paladares.


Qué vieja siempre la feliz vejez

y qué moderno siempre el dolor, la deuda,

la enfermedad, las pelotas de goma.


Qué viejos siempre los hombres que pelean injusticias

y qué modernos siempre los mercenarios y los traidores.


Qué vieja es siempre la poesía, la hiriente, la rabiosa, la chiquita

y qué moderna siempre la brutalidad de las manos y los pensamientos.


Qué viejo siempre el espíritu de la tierra sin puertas

y qué moderna siempre la estupidez del hombre que la pisa.





Cristian Esteban. En Conmovidas [abrazos para la paz]. VV. AA. Coord. Montserrat Villar y Eladio Méndez. Béjar, 2019.

Imagen: Nikolai Yaroshenko. Cabeza de viejo.

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