sábado, 1 de agosto de 2020

[Mejor no diga nada.]


Mejor no diga nada.

Sería inútil. Ya ha pasado.

Fue una chispa, un instante. Aconteció.

Yo acontecí en ese instante.

Puede que usted también lo hiciera.

Suele ocurrir con los poemas: 

terminan condensándose las formas

en nuestros ojos como el vaho 

sobre un cristal helado;

las formas, con su herida.

Pues quien construye el texto

elige el tono, el escenario,

dispone perspectivas, inventa personajes,

propone sus encuentros, les dicta los impulsos,

pero la herida no, la herida nos precede, 

no inventamos la herida, venimos

a ella y la reconocemos.




Chantal Maillard. Matar a Platón. Tusquets, 2004.

Imagen: Pedro Luis Raota

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