viernes, 26 de diciembre de 2014

Balada estival de las cárceles madrileñas, 1968



En la trena lo tienen aún

  a Jaime, la prenda

      de la buena compañía;

  en chirona está Paco Gil,

        que así se sonreía;

  y Miguel en Carabanchel,

  y en las Ventas las tres Marías;

para Izquierdo, Aldecoa y Giral

   y Emilio y David

son número los días;

   y también a la sombra está

  Josefa García.


Los jüeces, como es natural,

  se van a la Toja,

      o si no, a Fuenterrabía;

   su permiso irá a disfrutar

el blanco policía:

   la Justicia descansa al sol;

   pero no muere todavía:

generales, ministros y Dios

     tostándose están

las panzas respectivas.

    Y también a la sombra está

   Josefa García.


La señora que va de bazar,

    jarrones, visillos,

      sábanas, mantelerías;

  la empleada el Sábado, al fin,

         el tren de cercanías:

  cada cual en su condición,

  todo el mundo a vivir su vida;

y en el apartamento dos mil,

  con hielo y con gin,

      el disco se vacía.

   Y también a la sombra está

  Josefa García.


No están ni por fu ni por fa,

    ni culpa ni causa,

     ni pasión ni ideología,

   sino porque guerra la paz,

porque la noche día:

   por la misma razón que aún

   cruje el arco y gime la lira:

aquel hombre que vive a jornal

   y aquélla que ya

más flores no le envían.

  Y por eso a la sombra está

 Josefa García.


Porque llaman amor a la ley

   y ley a la fuerza

      y verdad a la mentira;

   y por eso el sol sabe a hiel

          y el pan a cobardía,

   y los libros a muerto y

   a sin sal la sabiduría,

y los besos de hombre y mujer

   a cal, y el amor

a reja y celosía,

   desde que ella a la sombra está,

   Josefa García.


En el patio central del penal

   hay una morera

      que florece a mediodía

    de palabra al vuelo que va

por esas galerías:

    “Libertad no sabéis lo que es,

    pero sí penitenciaría.

El que quiera romper la prisión,

  que encuentre la luz

         negando cielo arriba

    que en el cielo Dios y a la sombra esté

    Josefa García”.


Agustín García Calvo. Canciones y soliloquios. Lucina, 1982.

Imagen: Adriana Lestido. Mujeres presas, 1991-1993.




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