sábado, 20 de mayo de 2017

TITIRITEROS



Con el mundo en sus melenas,

sumergidos con muñecos,

susurran, bailan, sueñan, cantan

en la plazuela del pueblo.

Son coros de marionetas

encontradas en desguaces,

sacadas de las cunetas,

reconvertidas en vidas

que hablan de sus miserias,

sus anhelos, sus mañanas,

con sus ninfas y sirenas.


En el fondo del teatrillo

se revelan los muñecos:

la bruja se ha vuelto guapa

y el príncipe un avariento,

la monja secuestra niños,

la poli culpa a los buenos

y el juez es un pendenciero.

Detrás de las bambalinas

sonando están los panderos

y en el tejado de enfrente

vigilan los buitres negros.


Los buitres alzan su vuelo

con sus cantos de carroña

ante un nuevo lodazal

donde sobran ambiciones,

donde reina falsedad.

Delante de su teatrillo

cantaba el titiritero

añorando su regazo,

soñando su mundo nuevo,

sin saber que la jauría

buscando estaba su encierro.






Rufino Hernández. En Haciendo, haciendo. Once maneras de mirar de frente. El Perdigón, 2017.

Imagen: Títeres desde Abajo. La Bruja y Don Cristóbal.

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