martes, 13 de enero de 2015

La señal



Ha sucedido que de pronto,

súbitamente, aquí, en España, en este

año, en este siglo,

dentro

del tiempo, ha caído el dolor a pleno

semicírculo cero, Puerta del Sol,

Madrid. Y se ha esparcido.

y ha recorrido

calles, plazas, hoteles, museos y tranvías

arrumbados, colmenas

sin miel donde una gente yace

esperando, sufriendo

una resurrección de agua perdida.


Ha sucedido que el dolor tomaba

su moneda en el metro, que extendía

su mano ya tocando

un parietal de hombre, un fémur

de muchacho, un corazón

de mujer. Iba

en persona, suelto

como papel abandonado, libre

igual que una quimera.

De pronto se apeaba, leía

un cartel: Río Rosas, Alenza,

alzaba, humildemente

sardónico, su índice,

señalaba un olor, e íbase.

Algo ocurría allí, se estremecía

el viento, se paraban

las aguas.

                                                                                       
Ha sucedido, entre la muchedumbre,

que alguien era tocado,

asesinado en vida. No

lo vendría a saber

hasta la muerte, pero

tal vez sintiérase ya único

para siempre, con una rosa amarga

señalada en el pecho.




Jesús Hilario Tundidor. Pasiono. Provincia, 1972.

Imagen: Vivian Maier. Nueva York, 1953.

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