jueves, 23 de noviembre de 2023

Postal de la calle España


 

Los Estatales golpearon tu cuerpo, Genaro

sí, que sí lo golpearon.

En sus hocicos tenían

los coágulos de tu sangre.

Y es que saliste luego de las 11, Genaro

y tú sabes que de las sombras

brotan los pájaros de la piedra

Hicieron que te mordieras la lengua/ tres veces

mientras  daban de culatazos a tu quijada

 

Todo eso de los cristales rotos

y los huesos del ¡crack!

te vinieron a caer encima

 

(Ahora eres tan hombre/ como el perro que agoniza

a un lado de la calle)

 

Y es que ya te habían dejado ir, Genaro

si nomás era una revisión de rutina

Pero tenías que quejarte por los 100 pesos para la cena

por el procedimiento “arbitrario”

porque aquí todo se puede

y es que aquí todo se puede, Genaro

porque es punto rojo te dijeron

y sí es punto rojo

 

Siente la vida drenándose de tu cuerpo

el sabor de tierra y sangre mezclados en tu boca

este mundo                          que es como una espiral

y viene a enterrársenos en la espalda

a cada parpadeo

¡Ni tiempo hay de mirar a las estrellas!

 

Los policías te torturaron Genaro

te pisaron los huevos con sus botas de Caín

te machacaron la carne y el alma

para después venirte a tirar en este rincón de tu colonia

porque es punto rojo

y porque aquí todo se puede

 

¡Ni tiempo hay de mirar a las estrellas!

 

 

Guillermo García. En Todos los dioses. Antología panhispánica de poetas jóvenes del siglo XXI. Antologador: Ivo Maldonado. Ultramarina C&D, 2022.

Imagen: Daniel Richter. Sin título, 2006.

4 comentarios:

  1. La barbarie es una. Múltiples, casi infinitas, son las formas de realizarse -esto es, de quebrar huesos y almas, de sellar bocas, de verter sangre, de decretar muerte en lo vivo-.
    El Dios de la barbarie es mudo. La palabra es lo que nos queda de humano. Esa palabra es la que pone el poeta sobre la superficie de la tierra. Palabra de memoria y de acción, que a todos pertenece y a nadie.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Completamente de acuerdo, Joan, pero no hay que olvidar la Palabra del Poder, cuyo origen fue la violencia (Benjamin dixit) y luego se autolegitimó como acuerdo y voluntad general. Aunque menos perceptible, no menos sanguinaria, y tan manejada y celebrada por tantos y tantas poetas del Orden. Salud!

      Eliminar
  2. Claro, Conrado, muy bien visto! ... que una cosa es el Dios mudo y otra sus acólitos: los del Poder, los RobaPalabras, esos que las utilizan como envoltorio o escaparate de las botas que "machacan carne y alma". Salut!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Envoltorio, escaparate, patenas, puntillas y chorreras. Salud, Joan!

      Eliminar