viernes, 10 de noviembre de 2023

TROFEOS


 

A Simone Weil

 

Cae la violencia a plomo,

                                               cosifica,

esta noche sin fin,

                                   inadmisible,

a quien la sufre en bruto,

a quien la ejerce ciego.

Aperos son

                           como martillo y yunque,

yertos trofeos ambos

en la vitrina

de un dios

que a muerte los iguala.

 

 

Conrado Santamaría. Tanteos.

Imagen; Franz Sales Lochbihle. Aquiles arrastra el cadáver de Héctor al campamento griego, s/d.

2 comentarios:

  1. La violencia, ciertamente, cosifica.
    El que la ejerce, por ejercerla, ya es cosa: por siempre no será otra cosa que cosa.
    Pero el que a ella es sometido tiene la posibilidad de rebelión, esto es, de negarse a ser simple cosa o producto. Aunque Dios y la muerte -por éste decretada- los iguale, el sometido siempre puede decir no. Y ese "no" lo "desiguala".
    Hacer ese "no" es estar en la vida de los hombres (no ya la del hombre-objeto): la vida que habla, sonrie y ama ... y que muere su propia muerte (no la que le ha sido decretada).

    ¡Qué feliz su tantear, Conrado! Y que contenta estará nuestra querida Simone al saber que a ella está dedicado.
    Salud y feliz fin de semana!

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    1. Quien sufre la violencia dos formas tiene de ser cosa: o cadáver, la cosa más cosa, o esclavo, que ciertamente tiene esa posibilidad y esa diferencia que tan acertadamente indicas, Joan. Salud y feliz semana que en breve entrará!
      “La Ilíada o el poema de la fuerza”, Simone Weil.

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