jueves, 18 de julio de 2024

De harina


 

Por la mañana, sensación térmica treinta y dos grados.

En la panadería, la señora delgada,

casi un junco,

me dijo que se levantó a las cinco

para hacer unas facturas

que ella llama ojitos de buey.

Llevan dulce de membrillo

y por el calor se le deshacían.

Que intentó dos veces y desistió.

“Es que si el dulce no es bueno

la factura no sale bien, señor”.

Ella de un metro sesenta

con su delantal amarillo

puro ojos, ojos como lagos,

puro sudor,

en una panadería de barrio

de un país bien al sur,

quiso una y otra vez

que el fruto de sus manos sea bueno.

No había podido y eso le dolía.

 

Nos ponemos de pie…

A pesar del cansancio,

la señora de la panadería sonríe.

 

Sin quererlo, ni saberlo

con su fusil de harina,

sus ojos como lagos,

hace la revolución.

 

 

Jorge Luis Carranza. Tai-Chi. Alción, 2014.

Imagen: Vincent van Gogh. Stillleben mit Gebäck, 1887.

4 comentarios:

  1. He experimentado encuentros similares en múltiples ocasiones. Sólo hay que dejar de sobarse el ego en las pantallas, mirar en derredor, y VER.
    ¡Qué hermosos lagos! ¡Qué atinado poema!

    Salud!

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  2. Qué forma tan maravillosa de tocar el corazón con un poema.

    Chiloé

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    1. Tocar el corazón, y también tocar la razón. Salud, Chiloé!

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