centelleantes de espantados niños
cayeron
al Volga sus bateleros.
Suavemente la luna se posa
sobre la copa de los árboles,
y el croar de las ranas añade silencio a la noche.
Se deslizan las ratas a través de los viejos raíles,
malecones abandonados, deshabitados puertos.
Seguidos por los gritos
como relámpagos en el aire sereno
de marineras de lodo salpicadas para siempre,
cayeron
al Volga sus bateleros.
Leopoldo María Panero. Poesía 1970 – 1985. Visor, 1986.
Imagen: Iliá Repin. Los
sirgadores del Volga, 1870 – 73.
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