I
Debajo de todas las camas de un hospital
hay un glóbulo blanco atemorizado por la lujuria de los gerentes al que por las noches los desahuciados en corro le acarician el pelo y lo arrullan con nanas de algodón infinito
hay un fonendoscopio oxidado que registra los latidos de la desesperación, el retintín frenético de las cajas registradoras, los últimos suspiros de quienes desfallecen en las listas de espera
hay un diente de leche, una férula de nieve, un orinal enamorado
II
NOS HICIERON CREER
Nos hicieron creer
que ya nada sería lo mismo
y acosados por la incertidumbre,
agradecidos,
compramos el engaño,
aplaudimos por decreto,
y nos limpiamos las manos disciplinadamente
con el gel de la resignación.
Al salir de la cueva, meses más tarde,
con las manos en los bolsillos
y la costumbre habitando
el lugar del desconcierto, comprobamos
que una nueva máscara
se acomodaba sobre la antigua
como única variación.
Nuestra creencia ciega
en espejismos
es lo que nos construye.
Doblegados por el miedo,
de ceguera en guerra,
marchamos,
mudo ejército
a la espera del próximo reclamo.
III
FANDANGOS DE LA BULIMIA
Me dicen que estoy enferma
porque me jarto y vomito,
y me hinchan de recetas.
¡Que purguen al señorito
con bulimia de monedas!
De atracón en atracón
hasta que el mundo reviente.
Como en la viña el pulgón,
cuanto más come, más diente:
la lógica del valor.
Más hambre tiene que el buey
la máquina del dinero.
La salud y hasta el querer
adentrito del puchero:
gelatina del pastel.
IV
Debajo de todas las camas de un hospital
hay un espéculo sin aliento al que le ha florecido el musguito breve de la purpurina de los buenos propósitos
hay una cicatriz iluminada por las lamparillas de los infecciosos a cuya reverberación aparecen espectrales las lágrimas del tiempo, los puños levantados contra el tiovivo de las mercancías, las cuerdas del violín que alguna vez tocará la sonata de lo que pudo haber sido
hay una almendra con manchas de sangre, un prospecto de nimbos, una fregona trasparente bailando sola en la eternidad
V
UNIDAD DE QUEMADOS
El banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, en un informe dirigido a su clientela, advierte del riesgo financiero de curar enfermedades y lanza la gran pregunta a las grandes corporaciones de la industria biomédica: “¿Es la curación de pacientes un modelo sostenible de negocio?
En la pasada campaña electoral de Castilla y León, el presidente de la Junta don Alfonso Fernández Mañueco promete con toda solemnidad blindar los centros de salud rurales que ha venido cerrando durante todo su mandato. Es lo que hay.
Dos pacientes del Hospital Universitario Príncipe de Calahorra han sido desalojados de su pulmón artificial por no estar al corriente de los recibos de su seguro médico. No ha sido necesaria la intervención de los antidisturbios.
A pesar del ajuste presupuestario debido a la última crisis, la portavoz del gobierno del Reino de España ha manifestado que los principales indicadores sanitarios no han sufrido mayor deterioro y anuncia que para 2024 el gasto previsto para Sanidad sufrirá un recorte de 11.000 millones de euros. Es lo que hay.
Más de 1600 niños y niñas con trastornos de desarrollo esperan una cita para Atención Temprana en la Comunidad Autónoma de Madrid. Se estima que los menores tardan una media de 6 meses en lograr una valoración de los servicios sociales. Es lo que hay.
La Federación Española de Ortesistas y Protesistas (FEDOP) denuncia que más de 40.000 amputados en España deben usar un catálogo obsoleto porque sigue sin publicarse la actualización prevista para 2020 y muchos de ellos, además, se ven forzados a realizar colectas para poder pagarse las prótesis.
Una mujer de 48 años muere a causa de un cáncer de colón con metástasis tras cuatro meses sin conseguir una cita presencial con su médico de Atención Primaria. Es lo que hay.
Un
nutrido grupo de personas, al grito de “Autogestión” y “Nuestra salud no es un
negocio”, ha ocupado esta noche en Sevilla el Hospital Virgen del Rocío. Entre
los okupas hay personal sanitario, pensionistas, jornaleros, estudiantes,
perroflautas y algún que otro poeta libertario.
VI
Debajo de todas las camas de un hospital
hay un termómetro inabarcable que juega al ahorcado, que juega a la gallinita ciega, que juega a la ruleta rusa bajo las directrices seductoras de las criptomonedas sin párpados
hay un vademécum escrito con tinta invisible donde están registrados los horarios de las mareas en que naufragan las pateras del alba, los nombres de las especialidades en vías de extinción, todas las clínicas de la desmemoria
hay la radiografía de una perla, una cereza de abril, la sirena de una ambulancia atravesando la revolución
VII
NO HAY POESÍA EN LO INEVITABLE
No hay poesía en lo inevitable.
Unas células simplemente se rebelan
y luego se replican emboscadas
y se expanden
y no atienden a señales
que detengan su delirio.
Tampoco hay mérito, ni hay culpa.
Pero qué hermoso poema
que tu dolor no lo decida
una cuenta corriente,
que tu salud no esté sujeta
a un código postal determinado,
que tu vida no se te muera
con tu nombre perdido en una lista
de espera inabarcable,
que una mano pueda liberar tu cuerpo
amarrado a una cama
y lo salve del miedo y la vergüenza
en la noche del olvido.
¿Para cuándo llegará la poesía?
¿Para cuántos llegará la poesía?
VIII
LA CONVIVENCIALIDAD
Cuando la medicina cristaliza en torno a medicamentos,
entonces estar sano es imposible.
Iván Ilich
Desahuciado al nacer, Ivan,
Ivan Ilich, como si este virulento
negocio que es el mundo
no te quisiera o pudiera gestionar,
¿qué genio de sospechas
no habías de nutrir?
La pesadilla del progreso, nos avisabas
como un profeta antiguo sobre
el remolino del abismo,
entre las pinzas dolorosas de la enfermedad
por la que te volvieron a desahuciar
cuando ya te negaban la voz los opulentos
y a la que sobreviviste, Ivan,
contra todo diagnóstico
durante veinte fértiles años, pensando,
sonriendo, habitando, dejando huella.
Producimos alimentos no para el sustento de los seres humanos,
sino de la propia industria alimenticia,
producimos automóviles no para la autonomía de las personas,
sino de la propia industria automovilística,
producimos libros y cultura no para el crecimiento de nuestra conciencia,
sino de la propia industria editorial,
producimos medicamentos no para mejorar nuestra salud,
sino la salud de la propia industria farmacéutica.
Producir y consumir, la convivencia
hecha fábrica, supermercado y un enorme pabellón de hospital:
gente que se medica para trabajar,
para comprar y vender,
para soñar y morir. Eso somos.
Y aquí seguimos todavía, Ivan, cada vez
más infelices, cada vez más dependientes, más cerca
del infierno, sin comprender
que la salud, la verdadera,
no es un prospecto, sino una cosa tan sencilla
y humana como abrazarse
o lavarse las manos antes de regalarnos
y amanecer.
IX
Debajo de todas las camas de un hospital
hay un torrente sanguíneo que caldea las baldosas del invierno, los nidos azules de los pájaros dolientes, las pelucas empolvadas que desdeñan la llegada de la luz
hay un poema en silla de ruedas embarrancado en el fangal de las lombrices rentables entre los emboscados de la septicemia, un poema en silla de ruedas a punto de echar a volar sobre las cabezas de los adormecidos
hay un bosque creciendo, una playa tendida, la belleza de la verdad
Amalia García Fuertes y Conrado Santamaría. Marzo, 2022.
Imagen: Roy Andersson. Songs from the Second Floor, 2000.
Durísimo, como la triste realidad sanitaria y personal que se nos ha impuesto.
ResponderEliminarImpresionante escrito... Gracias
Gracias, María Esther. La poesía como revulsivo contra la imposición falsaria de lo real. Salud y abrazos curativos!
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