20 nov 95
Miro este trecho que hemos
andado desde entonces:
veo
desánimo, ignorancia,
despotismo sin lustre,
y otra vez la desdicha de los pobres,
el poder del dinero
desposeyéndonos de luz.
Es una mala broma lo que veo.
Ardíamos contra él a vida
o muerte.
Recordábamos
cómo debía ser nuestro futuro:
libre y feraz y justo
y henchido de armonía.
Pero nada ha salido como hablaba
la esperanza encendida en nuestros pechos,
y hoy
su voz
aún
resuena en los oídos sin memoria
como una alzada lumbre
de abuelo paternal,
como un firme reducto
contra el miedo a los otros
que amenazan.
A quienes
hicimos responsables de la marcha
lejos de aquella oscuridad,
les pedirán las cuentas
las sombras de las hijas
que no tuvimos.
Sólo
serán reconocidos por la abulia
que urdieron,
por hacer
que el olvido cayera
sobre su herencia de dolor,
por el latido
muerto que somos.
Salustiano Martín. Los filisteos juegan con fuego. Ayuntamiento de Talavera de la Reina, 2001.
Imagen: Hermes Pato
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