Hoy vamos a hablar claro tú y yo,
aquí, bajo los plátanos del parque
solitario a esta hora húmeda,
con el olor a churros
que viene de las cafeterías recién abiertas.
Vamos a hablar sin lírica ni palabras torcidas
–dejemos eso para los poetas–.
Vamos a hablar tú y yo
de lo que se nos viene encima
con falsa mansedumbre,
de que no has hecho nada
para que esto suceda
y que ahora sientes miedo al futuro.
No temas,
porque en el futuro solo está segura la muerte
y el resto está por hacer…
pero no te dejes llevar adormecido
por esa certeza,
que la vida está en el paso siguiente
y en el que viene después.
Tú, que solo has visto el horror
en los telediarios o en tu cuenta
de facebook…
Imágenes flashback
salpicadas de chistes o mujeres desnudas,
o en los mensajes whatsapp
mezclados con esa nota urgente,
innecesaria, para quedar
en algún bar de copas
a las nueve…
Tú, te digo, contienes el espíritu de mayo,
el entusiasmo entero,
el necesario,
para que el muro viejo
se derrumbe piedra a piedra
bajo tus pies sin estrenar.
Enfoca las pasiones estúpidas
de lo que te rodea:
La fiebre ultracatólica
y su sesgo preñado de consumo,
la individualidad del mío, mío, mío;
el absurdo neutral
de quien contemporiza
y muere simplemente
como mueren las cosas olvidadas,
y a los nuevos piadosos
del dinero…
Enfoca tu concepto
de vida y convivencia…
define cómo es la libertad,
en qué radica que la igualdad
penetre en los barrios obreros,
en las justas afueras
donde cuatro cartones
son la morada incierta
de los desheredados.
Prepárate con fuerza
para contestar duro
sabiendo que en tu idioma
manejas lo eficaz,
que las palabras justas
y precisas
son valor en tu boca…,
un valor imponente,
capaz,
interactivo.
Dale otra utilidad a las campanas
de las torres,
haz que sean alerta
y ya nunca más salmos
para dormir de fe
a la gente simple.
Tú y yo quizás no lo veamos,
pero ser el principio
de lo que ha de venir,
ser la idea que emerge
es nuestro justo ahora…
Vendrán días amargos
en los que ni siquiera
el aire necesario
llegue hasta tus pulmones,
vendrán risas ajenas
para intentar rendirte,
sarcasmos liberales
que te golpearán duro
donde a ti más te duele…,
pero estarás seguro
de lo que estás haciendo
y seguirás al frente
de cada paso nuevo.
Nada va a sernos fácil,
pero saber que al fondo
está la luz que templa
ha de darnos la fuerza
precisa y consistente…
Se ha levantado el viento
que presume aguacero.
Crecen cumulonimbos
en este cielo azul
tan mar en estas tierras.
Pasan apresurados
algunos transeúntes
como ciegos perfectos
con su camino hecho
de campanas pequeñas.
Al norte del noroeste
un animal se pudre
y en un mar inconcreto,
en un acantilado,
alguien piensa en la muerte
mientras miro asombrado
cómo rompen las olas.
Luis Felipe Comendador. Como regar el agua. Garvm, 2022.
Imagen: Robert & Shana ParkeHarrison
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