jueves, 8 de junio de 2023

700 INTELECTUALES ADORANDO UN DEPÓSITO DE PETRÓLEO


 

Sin invitación

hemos venido

setecientos (y hay muchos todavía en camino)

de todas partes

donde ya no sopla ningún viento

de los molinos, que despacio muelen, y

de los hornos, de los que se dice

que ningún perro asoma ya tras ellos.

 

Y te vieron

de repente, de la noche a la mañana,

depósito de petróleo.

 

Ayer todavía no estabas aquí

pero hoy

ya sólo estás tú.

 

¡Venid rápido, todos vosotros,

que cortáis la rama sobre la que estáis sentados,

trabajadores!

Dios ha regresado

bajo la apariencia

de un depósito de petróleo.

 

¡Espantoso tú,

eres el más hermoso!

¡Fuérzanos,

tú, distante y objetivo!

¡Disipa nuestro yo!

¡Haznos colectivos ya!

Pues no es como nosotros queramos

sino como quieras tú.

 

No estás hecho de marfil

y ébano, sino de

hierro.

¡Hermoso, hermoso, hermoso, tú,

discreto tú!

 

¡No eres invisible,

no eres infinito!

Sino siete metros de alto.

No hay secreto en ti,

sino petróleo.

Y con nosotros procedes

no como se te antoje, inextricable todavía,

sino atendiendo a cálculo.

 

¿Qué es para ti la hierba, una brizna?

Estás sentado en ella.

Donde antes había hierba

ahora estás sentado tú ahí, depósito de petróleo

y ante ti hay un sentimiento

nada.

 

Por eso, escúchanos

y líbranos de los males del espíritu.

¡En el nombre de la electrificación,

de lo racional y de la estadística!

 

 

Bertolt Brecht. Simplicissimus, 11 – 2 – 1929. En Brecht. Hans Mayer. Traducción: Barbara Kügler, Betti Linares, Marisa Barreno. HIRU, 1998.

Imagen: Paweł Kuczyński

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