martes, 1 de agosto de 2023

VOCES DEL EXTREMO 2023: PREMIO "ANTZINAKO BIHOTZ " (Corazón Arcaico)



 

Hay momentos en la vida maravillosos e inolvidables. Ir a Moguer y participar en Voces del Extremo, la fiesta anual de la poesía y de los vínculos, es siempre un regalazo. Aquí las palabras son tan importantes como las relaciones personales que se construyen y perduran frente al mundo de competencia, egoísmo e intercambio monetario en el que quieren que vivamos inmersos y sometidos. Voces del Extremo, organizado desde hace 25 años por el poeta Antonio Orihuela, es casi el único encuentro poético horizontal e igualitario, en donde participan hombro con hombro y palabra con palabra poetas de larga trayectoria con obra consolidada y poetas noveles todavía sin publicaciones, todas y todos al margen de los egos e intereses materiales, centrados en lo colectivo y desbordantes de generosidad.

Este año 2023 ha sido para nosotras un doble regalo, pues además de haber podido participar una vez más en Voces del Extremo, hemos recibido el inestimable galardón Antzinako Bihotz (Corazón Arcaico), junto a la hermosa casaca que lo acompaña, de manos de Mar Martín, la anterior galardonada. Muchísimas gracias, Mar, por este regalo que nos has hecho.

También queremos agradecer a todos los amigos y amigas que se han emocionado y alegrado con nosotros por este premio. Tantos abrazos y palabras cariñosas nos han llegado muy adentro. Os llevaremos siempre en nuestro arcaico corazón.

Muchas gracias de nuevo a Antonio Orihuela, por hacer posible esta fiesta de la palabra común. Gracias a Mar y Ángela también.

Salud y un abrazo inmenso.

Conrado Santamaría y Amalia García Fuertes

 

PREMIO "ANTZINAKO BIHOTZ " (Corazón Arcaico)

En el seno de los encuentros de poetas en Moguer, VOCES DEL EXTREMO, organizados por la Fundación Juan Ramón Jiménez desde el año 1999, se creó, en el año 2004, el galardón "Antzinako Bihotz" (Corazón Arcaico). 

El premio toma su nombre de unas palabras del poeta Bernardo Atxaga escritas en una lengua que, como la poesía y la canción, ha sobrevivido desde los tiempos de los bosques, la magia, y la familia social de la tribu. Este galardón no se encuadra en la categoría de las distinciones de la técnica literaria o de la creación poética, sino que premia y distingue la pureza y la desnudez de espíritu, la belleza moral, creativa y serena, "el estado poético" de la mente, el único estado que los herederos de Juan Ramón se comprometen a defender y a mantener. 

Cada año se reúnen amigos poetas para asomarse al viejo pozo de la conciencia dulce, alrededor de la candela de la voz de antes de todo, y que será la misma voz que sobrevivirá a todo lo que conocemos, la canción antigua que calma el hambre de una nueva tribu, hermandad antigua en un mundo futuro que debe ser más sencillo. 

La concesión del galardón va acompañada de la entrega de una casaca de oficial del extinto ejército tibetano, el uniforme de un ejército de un país que ya no existe, como símbolo de una lucha pacífica, una neuroguerrilla imposible contra los gigantescos molinos tecnológicos, y la insensatez de las estructuras de los estados y las plutocracias, pero sobre todo, contra el olvido del corazón y el abandono de la sencillez y el cultivo interior en nuestra especie. 

El "Corazón Arcaico" de cada año recibe, junto con esa chaqueta de flores y bambúes dorados sobre un caos negro, la obligación y el privilegio de seleccionar al galardonado del siguiente año, y entregar la casaca públicamente, imitando así antiguas tradiciones mágicas y religiosas de la transmisión de una doctrina por la entrega del manto.

4 comentarios:

  1. Labriego de la palabra
    Y de arcaico decir honrado
    El poeta Conrado
    Viste ahora de merecida
    Gala con rumor de oro
    En cada pliegue
    Para celebración y alegría
    de todo Ser
    que su Estar celebre.

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    1. Moltes gràcies, Joan, por estas medidas y desmedidas palabras. Un abrazo fuerte y salud!

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  2. Bello "pas a deux", Conrado Santamaría y Amalia. Enhorabuena. Ante cosas como esa hay poco que decir. Si acaso compartir la alegría y que muchas banderitas de colores en agitación nos crezcan dentro y por fuera.

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