YO NO CAMBIO
la palabra
por la cifra,
ni la sangre
por la tinta,
ni el grito
por el disparo,
ni la lágrima
por el plástico,
ni el iluso
por el práctico,
ni el hecho cantable
por el hecho contable.
Dejadme
con mis propias ideas
hasta
que acaezcan.
Francisco Pino. Textos económicos, 1969. En Calamidad hermosa. Antología. Cálamo, 2010. Edición: Esperanza Ortega.
Imagen: John Anthony Baldessari. Money, with Space Between, 1994.
Hermosas palabras. Sobre todo si se cantan mientras se engrasa y carga el Kaláshnikov.
ResponderEliminarSalud!
Corren muy malos tiempos, Juan. Salud!
EliminarYa lo predecía nuestro querido Rafael Sánchez Ferlosio: "Vendrán más años malos y nos harán más ciegos; vendrán más años ciegos y nos harán más malos".
EliminarLos de los pisos más altos creen que los incendios que provocan en los más bajos nunca les afectarán. Error.
Salud, Conrado!
Pero, bien pensado, todos los tiempos han sido y son malos para quienes no se doblegan, ¿no? Y sí, craso error el de los de los pisos altos, cuando estalle el incendio o se achicharran o saltan por la ventana. Salud!
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