martes, 10 de noviembre de 2020

LAS BELLAS BANDERAS


 

Y cómo amabas todas las derrotas,

con qué pasión desmedida escalabas

el punzante dolor de los sueños rotos

en la niebla o el grito, el gesto tierno,

endurecido, de quienes negaron

la perenne sucesión de la historia.

 

¿Adivinabas el fracaso de los propios sueños

o era certeza anticipada de una plenitud imposible?

 

Nada hay más fraterno que sentirse

irremediable heredero de tantos llantos,

pues el niño adivina su destino de hombre

en la dignidad irreductible del derrotado

que atraviesa la frontera con el futuro

latiendo en la miseria y el recuerdo intacto,

claro en el crudo invierno,

de sus actos indemnes,

para siempre venciendo el tiempo

pues que fueron

 

pulso de la historia, materia viva de un sueño

compartido: amor y destreza, fidelidad

y absurda esperanza,

loca salida de quien elige

ser sólo por sus actos.

 

 

Antonio Crespo Massieu. Orilla del tiempo, 2005. En Memorial de ausencias. Poesía 2004-2015. Tigres de papel, 2019.

Imagen: Antanas Sutkus

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