Nos ha caído encima fuego graneado.
No podemos sacar cabeza.
Vuelan sobre nosotros
como misiles teledirigidos
la sola y múltiple palabra lucro
en su trayectoria mortífera.
De ella somos blanco fácil.
Tiene una estela de seducción.
Lucro es parte de la condición humana.
Es verbo que conjuga a escondidas
pero no en juego.
Encuentra su defensa entre los humanistas
y en la carnicería.
La rampa desde donde es emitida
no son bocas modulantes
son hocicos sanguinolentos.
Balbucean día y noche su cancioncilla de cuna
y nos amamantan con su leche gorda
sus fardos de billetes
olidos en ranciedad.
Es proteína pura nos dicen
nos hará crecer.
Ahora sí, ahora
dale con honda.
Elvira Hernández. Los trabajos y los días. Lumen, 2016.
Imagen: Tish Murtha
Esa mirada... Esa mirada desmonta hasta la más mínima traza de mentira.
ResponderEliminarSalud!
Y el gesto. Mientras nos quedean esta mirada y este gesto no todo está perdido. Salud!
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