No todos fuimos El gran Gatsby
cuando el norte comenzó a llamarnos.
Asistimos a los Juegos Olímpicos del 96
y desertamos la competencia
para administrar un carrito de hot dogs.
Abordamos un bus
dejando atrás a nuestros hijos
para cuidar
un french poodle en Manhattan.
Quisimos ser estrellas de cine
y hoy actuamos de pancartas
para que la gente lea en nuestro cuerpo
la promoción del día.
En nuestros países fuimos ingenieros.
Aquí somos mecánicos
almorzando a las cinco de la tarde
con las manos sucias de aceite y mostaza.
Pensamos que habían acabado las guerras
y ahora huimos por el impuesto
que nos cobra la delincuencia.
Nos enamoramos de nuestro proxeneta
aunque seamos infieles con el crack.
Cruzamos, embarazadas, la frontera
para parir un gringo.
No todos fuimos El gran Gatsby
cuando el norte comenzó a llamarnos.
Dennis Ávila. Ropa americana. Amargord, 2017.
Imagen: Baz Luhrmann. El gran Gatsby, 2013.
Las armas de destrucción masiva existen, vaya si existen. No se precisan "expertos" para encontrarlas, quítense la venda: están por todas partes.
ResponderEliminarSalud y buen día, Conrado!
Y no están en lejanas montañas ni en desiertos ni taigas. Salud, Loam!
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