Ahora que el fuego crepita en sienes,
ahora que ya no quedan testigos de la autopsicografía,
ahora que la cosmética viste el ego de ficción,
ahora que la realidad queda subyugada a la virtualidad,
ahora que el armario de yos es tan amplio,
ahora que los snobs volverán a desestructurar el lenguaje,
ahora que el cacareo se hizo audífono,
ahora que las lágrimas se venden en manuales de ensayo,
ahora que los versos son campana de gran superficie,
ahora que nadie emprende ejercicios aéreos.
Andrés Izu. Acto. La imprenta, 2022.
Imagen: Aleksandr Ródchenko
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