martes, 26 de julio de 2022

NUEVOS PROPÓSITOS


 

El día de año nuevo nos tumbamos en el césped.

 

No hacía nada de frío y nos habría gustado

oler a cloro, arrancar las baldosas,

recrear un agosto largo y ancho.

Te cogía de la mano con deseo

igual que en esas fotos preciosas del futuro.

Pero la piscina estaba vacía.

 

Luego empezó a llover copiosamente

y la lluvia tiraba las guirnaldas,

embarraba la imagen.

No teníamos costumbre de la lluvia,

ni de un amor tan árido

que nos hacía correr a todas horas,

dando vueltas en círculos.

 

Cuando paró la lluvia, regresamos a casa.

La fiesta había terminado para siempre.

 

 

Rosa Berbel. Los planetas fantasma. Tusquets, 2022.

Imagen: David Hockney. A Bigger Splash, 1967.

3 comentarios:

  1. El problema era la fiesta. ¿Qué fiesta? ¿La fiesta de la "clase media"? ¿La que pagaban las humilladas y los ofendidos con su sudor, su sangre, su explotación? ¿Y cultivar ahora una nostalgia indigna? ¿Añorar la casa unifamiliar con piscina como si hubiera sido el mayor logro de la historia de los seres humanos? ¿Volver a construir la misma iniquidad?

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  2. Si me lo permites, Conrado, creo que es oportuno recordar el canto de Pablo Guerrero:

    Tú y yo, muchacho, estamos hechos de nubes
    Pero ¿quién nos ata?
    Pero ¿quién nos ata?
    Dame la mano y vamos a sentarnos
    Bajo cualquier estatua

    Que es tiempo de vivir y de soñar y de creer
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover a cántaros
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover a cántaros.

    Estamos amasados con libertad, muchacho
    Pero ¿quién nos ata?
    Pero ¿quién nos ata?
    Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitio
    Preparada tu marcha
    Preparada tu marcha
    Hay que doler de la vida hasta creer que
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover a cántaros
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover a cántaros.

    Ellos seguirán dormidos
    En sus cuentas corrientes de seguridad
    Planearán vender la vida y la muerte y la paz
    ¿Le pongo diez metros en cómodos plazos de felicidad?
    Pero tú y yo sabemos que hay señales que anuncian
    Que la siesta se acaba
    Que la siesta se acaba
    Y que una lluvia fuerte, sin bioenzimas, claro
    Limpiará nuestra casa
    Limpiará nuestra casa
    Hay que doler de la vida hasta creer que
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover a cántaros
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover
    Tiene que llover a cántaros.

    Salud!

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    Respuestas
    1. "Como pintiparado, como hecho a la medida". Tiene que llover a cántaros hasta enterrarlos en el mar. Salud y gracias, Loam

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