sábado, 6 de septiembre de 2014

Una velada sin Monsieur Teste



“No es el infierno, es la calle”.
      Federico García Lorca. “Poeta en Nueva York”


Ha cambiado la moda.

Los nuevos verdugos

Ya no usan las capuchas puntiagudas

Que coronaban su aire de siniestros bufones.

Han cambiado los gestos.

El nuevo Emperador

No levanta o sumerge el pulgar en el aire

Cuando decide

A quién debe cubrir la desmemoria de la arena.

Ahora, entre filetes y jazmines

Mira con paciencia su necrómetro.

Han cambiado los tiempos.

Los esclavistas, los negreros,

Han dado paso a los cronófagos

Que roban el tiempo de los otros.

Les proponen comerciar

Con otoños y mortajas

Mientras saborean fresas

Bañadas con vino de Toscana.

Han cambiado las voces.

Los ecófagos no tienen voz:

Repiten palabras que son sombras

Untadas de niebla y soledad

Mientras clavan la mirada y el cuchillo

En una faena de lascas de cordero,

De hígado de pavo y plateados arenques.

Ha cambiado el color.

De todas estas razas mercenarias

El de los cronópatas es el más bizarro clan:

Engullen el color de las ciudades,

Abren el tragaluz de la herida

En un paisaje calcáreo de rosas desangradas.

Han cambiado las ceremonias.

Bienvenidos a la “fiesta de los taladros”.




Juan Manuel Roca. Biblia de pobres. Visor, 2009.

Imagen: José Clemente Orozco. El banquete de los ricos, 1923-24.

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