Sastres y compatriotas: Ya
lo dijo el marxismo: lo más parecido a lo igual es casi siempre lo mismo. Toda
precaución es poco tratándose de los burgueses, apenas pedimos pan nos
multiplican los peces. Arriba la inspiración, los utópicos cambiarán de chaqueta
con renovada ilusión. Cuanto falte por sufrir de regalo queda al demonio,
compota con estramonio de mármoles y laureles. Se acabaron los bedeles que iban
por la estepa solos. Gracias os doy a todos, fantasmas en general, voy a
concluir leyendo un trocito de El Capital:
La chaqueta es un valor de uso que
satisface una necesidad específica. No se cambia una chaqueta por una chaqueta.
A la chaqueta, por lo demás, tanto le da que quien la vista sea el sastre o su
cliente. La relación entre la chaqueta y el trabajo que la produce tampoco se
modifica, en sí y para sí, por el hecho de que la ocupación sastreril se vuelva
profesión especial, miembro autónomo de la división social del trabajo.
Supusimos que la chaqueta valía el doble que el lienzo. Pero ésta no es más que
una diferencia cuantitativa, y por el momento no nos interesa. Recordemos,
pues, que si una chaqueta vale el doble que 10 varas de lienzo, la magnitud de
valor de 20 varas de lienzo será igual a la de una chaqueta. En su calidad de
valores, la chaqueta y el lienzo son cosas de igual sustancia, expresiones
objetivas del mismo tipo de trabajo. Si se mantiene inalterada la fuerza
productiva de todos los trabajos útiles requeridos para la producción, digamos,
de una chaqueta, la magnitud de valor de las chaquetas aumentará en razón de su
cantidad. Si una chaqueta representa equis días de trabajo, 2 chaquetas
representarán 2 equis, etc. Pero supongamos que el trabajo necesario para la
producción de una chaqueta se duplica, o bien disminuye a la mitad. En el
primero de los casos una chaqueta valdrá tanto como antes dos; en el segundo,
dos de esas prendas sólo valdrán lo que antes una por más que en ambos casos la
chaqueta preste los mismos servicios que antes y el trabajo útil contenido en
ella sea también ejecutado como siempre. Pero lo cierto es que para expresar en
términos relativos el valor de la chaqueta debo invertir la ecuación, y al
hacerlo es el lienzo, en vez de la chaqueta, el que pasa a ser el equivalente.
Esto demuestra, simplemente, que la chaqueta, puesta en el marco de la relación
de valor con el lienzo, importa más que fuera de tal relación, así como no
pocos hombres importan más si están embutidos en una chaqueta con galones que
fuera de la misma.
Juan Carlos Mestre. La casa roja. Calambur, 2008
Imagen: Daniel Richter. Sín título, 2020.
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