No hay un devenir que condene al porvenir.
Caminamos, si acaso, incapaces de arañar
al ángel de la historia en
su máscara, para, así
develar lo que-aún-no-es.
El pánico al horror del pasado
paraliza el sueño utópico de los arrancados, pero
olvidan,
aturdidos por la hecatombe,
que el pasado,
además del inventario de las derrotas,
contiene el aprendizaje de las resistencias,
la semilla de las rebeldías,
la implacable necesidad de subvertir el orden.
El porvenir se incuba en el pasado y solo espera
al brutal rayo inspirador que lo haga
presente, que permita la convivencia,
la connivencia,
de generaciones y especies,
de ciegos y soñadoras,
de eclipses y de alboradas,
de primeras líneas y silentes retaguardias,
de poetas aburridos de recitales y agitadoras con
la mecha
y
las mechas en fuego.
A la historia no la cierra ni dios
si nosotras nos mantenemos en el quicio de su puerta.
Paco Gómez Nadal. En Voces del Extremo. Poesía y alegría. La Vorágine, 2022.
Imagen: Rafael Coronel. El encuentro, 2013.
Qué chute de energía y de posibilidad!!!! Gracias!!
ResponderEliminarDe eso se trata, de energía y posibilidad. Gracias a ti. Salud!
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