miércoles, 7 de agosto de 2024

La Franja de Gaza es el lugar más peligroso del mundo para ser niño


 

En Huelva, hace unos días, perdimos nuestra palmera…

¡Qué pellizco nos provoca esta plaza vacía!

Cómo podríamos soportar entonces

la desaparición de la Plaza de las Monjas, de la calle Concepción

o de la avenida que sube al Parque de la Esperanza.

Esperanza…

Gaza, Rafah, Khan Yunis, Bureij, Tal al Hawa,

el Barrio de Rimal o el campo de refugiados de Yabalia,

lugares que no son más que una triste reminiscencia

tras la decisión de Netanyahu de bombardear cada edificio,

con tal desolación que pareciese que se tratara en realidad

del mundo entero.

Pero, ¿y si, además de perder nuestra palmera,

la calle Concepción o la Plaza de las Monjas,

no tuviéramos casa a donde volver?

Sin lugar donde curarnos el miedo, las heridas o el frío.

Toda nuestra vida convertida en polvo y desamparo.

¿Y si bajo los escombros del que fue nuestro hogar,

entre la ira y la muerte,

apareciese la zapatilla de deportes de nuestro hijo,

trozos de su ordenador

o los trabajos que preparaba para el colegio?

¿Y si bajo todo aquello, tan terrible,

descubrieras una mano ensangrentada

que reconocieras al instante,

o una pierna surgiendo entre placas inmensas de hormigón?

Gaza, Rafah, Khan Yunis, Bureij, Tal al Hawa,

el Barrio de Rimal o el campo de refugiados de Yabalia,

con sus calles convertidas en un inmenso infierno,

metido por la boca y por los ojos.

El mundo ha hecho crac,

y no tenemos lugar donde escondernos.

Pero se equivoca el asesino,

la libertad es un soldado dentro de cada uno,

la más certera religión,

un dios, o una diosa

que renace siempre de sí misma

¡y vuela!

 

 

Ana Deacracia. En Poesía y Resonancia. Voces del Extremo. Antología 2024. AA. VV. La Tortuga Búlgara, 2024.

Imagen: Mahmoud Issa. Franja de Gaza, 2024.

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