I
EL SILENCIO DE los buitres no significa
que los cadáveres hayan dejado de golpear el suelo.
Nos deleitamos tanto con la música de los serruchos
y bebiendo ebrios de sus yugulares
que despreciamos ingenuos lo bajo de su vuelo.
II
NO DESGASTES TUS labios
intentando reblandecer la muerte,
intentando oxigenar la agonía.
Lo vertical
solo entiende
de escalones y cifras.
III
ALGÚN DÍA,
esos puntitos aglomerados
que ves en el microscopio,
que afanosos almacenan, levantan, tiran, refuerzan
solitariamente vigorosos;
algún día,
se despojarán de su complejo de átomos,
sentirán manar la electricidad del prójimo,
desandarán esa altura, harán estallar las lentes
y, conscientes del bloque, desbordarán laboratorios.
Alberto García-Teresa. Oxígeno en lata. En Negra flama. Poesía antagonista en el estado español. SOV de Jaén de la CNT-FAI, 2013.
Imagen: Tina Modotti. Campesinos leyendo El Machete, 1929.
Se percibe la visión total de tu blog como una sola composición con un mismo sentido, y eso me gusta mucho. Será que toca volver a abonar lo escondido.
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Leyenda sobre el origen del libro Tao-Te-King, dictado por Lao-tse en el camino de la emigración.
A los setenta años, ya achacoso,
sintió el maestro un ansia de paz.
Moría la bondad en el pais
y se iba haciendo fuerte la maldad.
Se abrochó lo zapatos.
Empaquetó las cosas necesarias.
Pocas. Pero algo había que llevar.
La pipa en que fumaba cada noche.
El libro que leia a todas horas.
Algo de pan blanco.
Gozó mirando el valle, y lo olvidó
cuando la senda comenzó a ascender.
Rumiaba el buey, alegre, hierba fresca
mientras llevaba al viejo.
Pues iba muy deprisa para él.
Caminó cuatro dias entre peñas
hasta que un aduanero lo paró.
“¿Alguna cosa de valor?” “Ninguna”.
“Es un maestro”, dijo el joven guia
del buey. Y el aduanero comprendió.
Y el hombre, en un impulso afectuoso,
aún preguntó: “¿Qué ha llegado a saber?”
Y el muchacho explicó: “Que el agua blanda
hasta la piedra acaba por vencer.
Lo duro pierde...”.
Bertolt Brecht
Historias del Calendario.
Chiloé
Lo duro siempre pierde, Chiloé, y lo escondido siempre acaba por aparecer, incluso con más fuerza. Salud!
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