Las viejas hechiceras pronto
aprendieron a interpretar las complicadas
estelas de los aviones contra el cielo,
los desechos acumulados en los remansos de los ríos,
los alaridos nocturnos de quienes desaparecían junto a las alambradas.
Pero, ¿quién las creía? ¿Qué era
el porvenir?
Simplemente,
les escupían en la boca.
Conrado Santamaría. Totalitaria. Ediciones del 4 de agosto, 2021.
Imagen: Zdzislaw Beksinski
Tan rotundo como dolorosamente cierto, Conrado.
ResponderEliminarSalud!
O el triunfo de la necedad arrogante y criminal. Salud, Loam!
Eliminar¿Diosas o brujas?
ResponderEliminarMujeres sensatas que no guardan silencio al borde del colapso definitivo. Salud, Chiloé!
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