miércoles, 17 de agosto de 2022

[DESDE GRANADA subimos hasta Víznar.]


 

DESDE GRANADA subimos hasta Víznar. Vagamos por el borde sombrío del barranco. -¿Dónde?, decíamos. Era el otoño. Los hermanos, las viudas, los hijos de los muertos venían con grandes ramos. Entraban en el bosque y los depositaban en algún lugar, inciertos, tanteantes. ¿En dónde había sucedido? –Lo mataron a él, decía la mujer, pero aquí también mataron a otros muchos, a tantos, a esos que ahora nadie recuerda. –Él ya no es él, le dije. Es el nombre que toma la memoria, no extinguible, de todos.

 

José Ángel Valente. Fragmentos de un libro futuro. Círculo de Lectores, 2000.

Imagen: Tarsila do Amaral. A Lua, 1928.

3 comentarios:

  1. Este es un país desmemoriado con buena parte de la gente que no conoce su historia. Como apunte malvado señalar que, a pesar del respeto literario que le tributo, para mí Valente merece la inmortalidad con solo un par de versos -es un decir- y no por todos sus libros. Quizá algún día haya que repasar el mito...

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  2. Por muchos más que dos versos, mujer, y por sus ensayos sobre el quehacer poético. Salud e iconoclastia (que él mismo también firmaría)!

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    1. En algún momento le daré otra oportunidad. Ojalá sus ensayos sean libros abiertos para aprender y no necesariamente poesía, que también.

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