¡El mundo arriba por el pecho abierto!
Bienvenida a los brazos
de la alegría,
a la cintura del corazón,
siempre bailando.
Todo está por hacer, de veras, todo:
el ritmo de las cosas, la crecida
cosecha de la tierra,
el vuelo de la libertad.
¿Dónde fue el miedo? Vamos,
entra en el corro.
Ya nadie te vigila, desaprende.
Siente solo la música,
oye tu vida hermosa, el aire
del amor. Que todos,
sin bajar la cabeza,
respiramos a una
contigo luminosa la verdad.
Conrado Santamaría. En Voces del Extremo. Poesía y alegría. La Vorágine, 2022.
Imagen: Henri Matisse. La danza, 1909.
Ráfagas de alegría, allí, en Voces del Extremo, donde a buen seguro, las pausas de los rapsodas fueron tan provechosas para los afectos como los momentos de escucha.
ResponderEliminarY un título potente que responde con creces al precioso texto.
Como si hubieras estado allí, Chiloé. La alegría de los vínculos, la palabra de los afectos, un espacio vivo y perdurable de hallazgos. Salud!
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