sábado, 6 de agosto de 2022

Lívida luz


 

No puedo hablar sino de lo que sé.

 

Como Tomás tengo la mano hundida

en una llaga. Y duele en el otro y en mí.

 

¡Ah, qué sudor helado de agonía!

¡Qué convulsión de asco!

 

No, no quiero consuelo, ni olvido, ni esperanza.

 

Quiero valor para permanecer,

para no traicionar lo nuestro: el día

presente y esta luz con que se mira entero.

 

 

Rosario Castellanos. Lívida luz. Universidad Nacional Autónoma de México, 1960.

Imagen: Fabio Bucciarelli. Serbia, 2015.

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