De repente sopla un viento
que nadie sabe de dónde
proviene y luego se esconde
con rápido movimiento
entre el pulso amarillento
de las hojas otoñales
y sube hasta las casuales
nubes del atardecer
para desaparecer
de nuestras vidas mortales.
Abdías Gandul. Décimas pésimas. El Alipende, 2010.
Imagen: Suzuki Harunobu. Viento de otoño, c. 1768.
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