Tenemos un minuto para disolvernos
y toda la vida para estar unidos.
Volvemos a estar los hijos del pueblo
pendientes del curso de un reloj sombrío.
Volvemos a ver las cabezas huecas,
los cascos brillantes, cañones pulidos.
Se repite el eco de las viejas voces
del reloj de turno de sangre teñido.
Vuelven a destilar los ordenadores
su agrio sabor de deber cumplido
mientras mis hermanos cumplen otra noche
la fiel tradición de ser perseguidos.
ENERO 77
Antonio Gómez Romero y Antonio Perea Torres. Tenemos un minuto… para disolvernos. Poemas del Papi y el Cahue (Antología). Editor: Antonio Perea Torres, 1978.
Imagen: Juha Arvid Helminen
Plenamente vigente 45 años después.
ResponderEliminarSalud!
Absolutamente. Salud, Loam!
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