Todos los días amanezco a ciegas
a trabajar para vivir; y tomo el desayuno,
sin probar ni gota de él, todas las mañanas.
Sin saber si he logrado, o más nunca,
algo que brinca del sabor
o es sólo corazón y que ya vuelto, lamentará
hasta dónde esto es lo menos.
El niño crecería ahíto de felicidad
oh albas,
ante el pesar de los padres de no poder dejarnos
de arrancar de sus sueños de amor a este mundo;
ante ellos que, como Dios, de tanto amor
se comprendieron hasta creadores
y nos quisieron hasta hacernos daño.
Flecos de invisible trama,
dientes que huronean desde la neutra emoción,
pilares
libres de base y coronación,
en la gran boca que ha perdido el habla.
Fósforo y fósforo en la oscuridad,
lágrima y lágrima en la polvareda.
César Vallejo. Trilce, 1922. Obra poética completa. Alianza, 1988.
Imagen: Nicolái Alexéievich Kasatkin. Семья рабочего, 1890-1900.
BORDAS DE HIELO
ResponderEliminarVengo a verte pasar todos los días,
vaporcito encantado siempre lejos...
Tus ojos son dos rubios capitanes;
tu labio es un brevísimo pañuelo
rojo que ondea en un adiós de sangre!
Vengo a verte pasar; hasta que un día,
embriagada de tiempo y de crueldad,
vaporcito encantado siempre lejos,
la estrella de la tarde partirá!
Las jarcias; vientos que traicionan; vientos
de mujer que pasó!
Tus fríos capitanes darán orden;
y quien habrá partido seré yo...!
-San César Vallejo-
Un itenerario de escalofrío desde estas bordas hasta el cáliz final. Salud!
ResponderEliminar"He nevado tanto para que duermas"
Eliminar(Es el epitafio que le escribió su mujer, Georgette. Muy injustamente olvidada).
Unas hermosas, tristes, desbordadas palabras que hablan del sacrificio y la abnegación de Georgette y de tantas y tantas mujeres a lo largo de la historia. Salud!
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