Antes de serlo, el mañana
no lo parece nunca.
Pero, una vez llegado, siempre hay alguien
que dice: Pasa algo terrible.
Quizá, en algún lugar, ya estás perdido.
Hay pensamientos que hoy ya están aquí:
falta que el odio arrecie como incendios
provocados en noches oscuras y ventosas de verano,
mientras tú duermes en tu cama
con una, siempre estúpida, inocencia.
Joan Margarit. Casa de misericordia, 2006. En Todos los poemas (1975-2017). Planeta, 2020.
Imagen: Andrzej Wróblewski. Ejecución contra un muro, 1949.
Como dicen por ahí: Nada pasa hasta que pasa.
ResponderEliminarLa desventura de todas las Casandras, ay! Salud!
Eliminar"Después –porque, como es habitual, siempre hay un después– la pregunta se desvanece y, como es habitual, comparece, a menudo grotesco e inconsistente, lo siguiente, que, dicho así cual solemos decirlo, podría parecer algo extraordinario, como si anunciáramos la llegada de un gran acontecimiento al impreciso salón de la realidad: '¡Lo siguiente!', exclamamos sin percatarnos de que 'lo siguiente' ya pasó". Juan Carlos Lazaga
ResponderEliminarSalud!
Pero lo verdaderamente funesto, en términos políticos, sucede cuando lo que comparece es la maldad y no podemos ya desentendernos de ella porque se ha hecho nuestra insufrible y opresiva realidad. Salud, Loam!
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