En el prado anegado crecen raíces verdes.
Mi piel, antes ceniza, se torna flor de fuego y de mi
pecho abierto vuela un ave dorada:
sobrevuela su jaula, cambia de plumón, despierta.
Sonia San Román. Esa pequeña víbora disfrazada de diosa. Ediciones del 4 de agosto, 2025.
Imagen: Diosa de las serpientes. Época minoica, c. 1600 a. C.

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