-Escriba la palabra NO
y guárdela en una caja de seguridad.
Compruebe que
mantiene su vigencia dentro de diez años.
-Ponga el acento en el NO, el resto vendrá por sí solo.
-Con total seguridad, podemos afirmar que no todos
los caminos
conducen al NO.
-Definitivamente, desde hoy, NO, será un lugar de encuentro.
-En este momento, no escriba NO, piénselo solamente.
-Hay un NO oculto dispuesto a saltar, por sorpresa,
sobre
la cruda realidad.
-También hay un NO
que es sólo apariencia, ejercicio
de simulación,
porque decir, a pleno pulmón NO,
no
es siempre agradable.
-La abstracción del NO:
no sea pendenciero,
no sea resentido,
no patalee,
no respire,
no calle,
no se enoje,
no sueñe. En fin,
no viva.
Joaquín Gómez. En Voces
del Extremo. Poesía antidisturbios. VVAA. Amargord, 2015.
Imagen: Mijaíl Vrúbel. Cabeza de Demonio con montaña al fondo, 1890.
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