jueves, 30 de septiembre de 2021
[LLovizna.]
miércoles, 29 de septiembre de 2021
Cartilla (poética)
La poesía tiene sus derechos.
Lo sé.
Soy el primero en sudar tinta
delante del papel.
La poesía crea las palabras.
Lo sé.
Esto es verdad y sigue siéndolo
diciéndola al revés.
La poesía exige ser sinceros.
Lo sé.
Le pido a Dios que me perdone
y a todo dios, excúsenme.
La poesía atañe a lo esencial
del ser.
No lo repitan tantas veces,
repito que lo sé.
Ahora viene el pero.
La poesía tiene sus deberes.
Igual que un colegial.
Entre yo y ella hay un contrato
social.
Ah las palabras más maravillosas,
«rosa», «poema», «mar»,
son m pura y otras letras:
o, a…
Si hay un alma sincera, que se guarde
(en el almario) su cantar.
¿Cantos de vida y esperanza,
serán?
Pero yo no he venido a ver el cielo,
te advierto. Lo esencial
es la existencia; la conciencia
de estar
en esta clase o en la otra.
Es un deber elemental.
Blas de Otero. Que trata de España, 1964. En Antología poética. Expresión y reunión. Alianza Editorial, 2007.
Imagen: Robert Doisneau. París, 1936.
martes, 28 de septiembre de 2021
Poema del silencio
Cuando los sionistas bombardeaban las escuelas
y hospitales palestinos,
guardé silencio
porque yo no era palestino.
Cuando los poetas guardaron silencio,
no protesté
porque yo no era una puta.
Cuando los banqueros vinieron a buscar
las palabras rebeldes de los bolivarianos,
guardé silencio
porque yo no era bolivariano.
Cuando asesinaron a los trovadores,
guardé silencio
porque yo no era Miguel Hernández,
ni Lorca, ni Machado.
Cuando vinieron a por mí
no protesté
porque yo no era yo,
y ya no había palestinos, ni bolivarianos,
ni putas, ni bardos, ni nada.
Ni el silencio quedaba para protestar (al silencio).
(Versión del conocido poema de Martin Niemöller, pastor luterano alemán que pasó por los campos de concentración).
Ángel Petisme. Bala de plata. Las hojas del baobab, 35, 2020.
Imagen: Juan Carlos Lazaga. Aglomeración (12).
lunes, 27 de septiembre de 2021
[Le pregunto al árbol gigante]
Le pregunto al árbol gigante
que qué tal está. Me fijo
en él porque le he visto
a lo lejos hablando con
otros árboles y me ha invitado
a acercarme. He
llegado y me ha preguntado
que qué pasa, que qué quiero.
Le he dicho que nada, que
no sé, que quiero escribir
una poesía. Y el árbol me
ha dicho con voz activa y clara:
“Pues habla”
Juan Gabriel Jiménez Cebrián. Naturalezas vivas. Crecida, 2016.
Imagen: Hengki Koentjoro
domingo, 26 de septiembre de 2021
[En realidad, no se sabe casi nada de lo que le pasa a «todo ser humano», ...]
En realidad, no se sabe casi
nada de lo que le pasa a «todo ser humano», si bien es posible que muchos
querrían también encontrar un asidero, solo uno, para los días teñidos de una
esperanza desolada, si cabe hablar así. Algunas personas, siempre más de las
que parecen estar a la vista, no envuelven su yo en una cámara separada, no
asignan al dolor adjetivos como propio o ajeno. Sucede. Ha sucedido a lo largo
de la historia, nadie sabe si seguirá sucediendo y hay quien trata de denigrar
sus conductas como si fueran fruto de un misticismo y no de la razón tranquila
del vivir. Cuando ven que casi nunca hay una relación directa entre su acción y
que algo se arregle, ¿por qué no dimiten? Ante obstáculos y contradicciones,
ante las amenazas, ante la adversidad, ¿por qué no se enfurecen? Ah, pero es
que claro que se enfurecen y se alzan. Conocen la ira del nudo imposible de
deshacer: qué tentación entonces de grito y desafuero. Tú, sí, tú,
condescendencia, cuádrate porque no sabes nada de la ferocidad que encierra eso
que desdeñosamente llamas buena voluntad. La mirada displicente con que crees
poder juzgar sus conductas, guárdatela, y todas tus sentencias. Piensas que son
así porque no se atreven, piensas que no conocen el ataque de la aviación y las
granadas que caen en el patio, perforan los techos, estallan el interior del
palacio de la Moneda. No aprenden, murmuras displicente. Teme su fuerza. La que
adquieren cada día cuando se niegan, cuando recuerdan que la crueldad es
violencia sin razón y que la razón tiene un coste, que la atención coordinada
cuesta esfuerzo. Y parece que no avanzan, pero un día te sobresaltará su gesto
de huracán, tan cerca.
Belén Gopegui. Existiríamos el mar. Penguin Random House, 2021.
Imagen: Dorothea Lange. Young migratory mother, 1940.