La luna cruza sola el firmamento
(de pronto) Una nube me exime de la belleza
…
¡Nube: ven!...
Sálvame de la luna: de la belleza…
Matías Escalera Cordero. En Voces del Extremo. Poesía y economía. Coord.: Ángela Orihuela Martín. Amargord, 2021.
Imagen: Yoshitoshi. Cien aspectos de la luna. La luna del río Huai, 1887.
La mirada de Medusa.
ResponderEliminarSalud!
Hay algo inquietante en este poema. ¿Revela la belleza algo que hace aún más insoportable nuestra desdichada condición de siervos? He ahí una posible utilidad del arte. Salud, Loam!
EliminarHay algo amenazante en la belleza. Su presencia nos colma a la par que nos sitúa ante nuestra frágil y efímera existencia. Llorar de felicidad conlleva esa doble carga.
EliminarSalud, Conrado!
"¿Quién, si yo gritara, me oiría desde las jerarquías
ResponderEliminarde los ángeles?
y aún en el caso de que uno me cogiera
de repente y me llevara junto a su corazón:
yo perecería por su
existir más potente. Porque lo bello no es nada
más que el comienzo de lo terrible, justo lo que
nosotros todavía podemos soportar,
y lo admiramos tanto porque él, indiferente, desdeña destruirnos.
Todo ángel es terrible.
Y por esto yo me contengo y ahogo el grito de reclamo
de un oscuro sollozo. Ay, ¿a quién podemos entonces recurrir?
A los ángeles no, a los hombres, no,
y los animales, sagaces, se dan cuenta ya
de que no estamos muy seguros, no nos sentimos en casa
en el mundo interpretado. Nos queda tal vez
algún árbol en la ladera, para que la volvamos a ver
todos los días; nos queda la calle de ayer y la mimada
fidelidad de una costumbre
que se encontró a gusto con nosotros y por esto se
quedó y no se fue.
Oh, y la noche, la noche, cuando el viento lleno de espacio cósmico
muerde nuestro rostro, ¿para quién no se quedaría, la anhelada,
suavemente desilusionadora, penosamente inminente
para el corazón solitario? ¿Es más leve para los amantes?
Ay, ellos no hacen más que ocultarse el uno al otro su suerte.
¿No lo sabes aún? Arroja de tus brazos el vacío
y añádelo a los espacios que respiramos; tal vez los pájaros
sientan el aire ensanchado con el vuelo más íntimo.(...)"
(Primer párrafo de la Primera Elegía de Duino, R.M.RILKE,
traducido por Eustaquio Barjau).
Salud y mucha fuerza para plantearnos siquiera esa aventura de completa interiorización de lo real que propone el gran poeta.
Gracias por este poema, LaNanaFea, mi favorito de Rilke. Lo solía recitar cuando era joven a altas horas de la madrugada. Dos hechos terribles: la orfandad de nuestra existencia, (como dice Loam) y la injusticia de la desigualdad, esta quizá más dolorosa por ser más evitable . Salud!
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