domingo, 31 de marzo de 2024

RESTOS


 

Un mono (overall), dos camisetas, un jersey, una camisa, un calzoncillo, una correa, dos fundas de almohada, una toalla, una servilleta, dos pañuelos, un par de calcetines, una manta, una cazuela.

 

(Relación de los únicos efectos personales de Miguel Hernández, tal como consta en el libro de la enfermería de la cárcel de Alicante, en la página correspondiente al 28 de marzo de 1942, día en que fallece afectado de fiebre tifoidea y otros males)

 

 

Esteban Peicovich. Poemas plagiados. Bajo la luna, 2008.

Imagen: Miguel Hernández

sábado, 30 de marzo de 2024

Arañas causa


 

Soñé que decía

dos cosas naturalmente sensatas:

En mi casa

las arañas mueren de viejas,

nadie las molesta. Y yo

no tengo un trabajo, tengo

una causa.

 

 

Joana Casanovas. Poética de las estructuras. Prólogo: Juan Pablo Roa. Animal sospechoso, 2024.

Imagen: Leonid Teréntyevich Chupyátov. Sueño, 1936.

viernes, 29 de marzo de 2024

[Había una paloma así…, / Estava uma pomba assim…,]


 

Había una paloma así…,

muerta.

Y debajo

había un lago

con cangrejos ciegos y albinos.

¿Cuándo va a ser mañana?

 

 

Estava uma pomba assim…,

morta.

E por baixo

havia um lago

com caranguejos cegos e albinos.

Quando será o amanhã?

 

 

Conrado Santamaría Bastida. Lóbiter (Archivo de crisis), 2019.  En Y no cejar / E nâo recuar. Antología (2011-2021). Traducción Carlos d`Abreu. Caraba Ibérica, 2022.

Imagen: Gottfried Helnwein. The Murmur of the Innocents 10, 2009.

jueves, 28 de marzo de 2024

Muerte en el Estrecho


 

“Siete inmigrantes marroquíes mueren

al intentar cruzarlo en una patera.

Sus cadáveres hallados en el puerto de Ceuta  y

en una playa”.

 

(La Crónica, 1 VII de 1998)

 

Turbio el color del hambre

que habla en la latitud del pan.

 

La infelicidad que yace, trágica,

a orillas del mar. La mar.

Esbelta, inmensa. Atravesada

por voces ofrecidas a la indiferencia

que transita en la tierra de todos.

 

Ah de las madres inclinadas

sobre el olor de la muerte

con adverbios de cansancio enlutados.

 

Quién sabe si habrán perdido

para siempre la fuerza de soñar.

 

Quién, en nombre de qué ancho horizonte

volverán a retomar el canto.

 

Hijos de Nador, Casablanca,

                                               Tánger y Fes,

no hay razón para la quietud esta tarde.

 

                        No.

 

                                   Sabed.

 

 

Carmen Busmayor. Cuaderno de África. Torremozas, 2002.

Imagen: Ildefonso Sena. Muerte en el Estrecho, 1988.

miércoles, 27 de marzo de 2024

ÉXODO


 

Una mujer corría.

Jadeaba y corría.

Tropezaba y corría.

Con un miedo macizo debajo de las cejas

y un niño entre los brazos.

 

Corría por la tierra que olía a recién muerto.

Corría por el aire con sabor a trilita.

Corría por los hombres erizados de encono.

 

Miraba a todos lados.

Quería detenerse.

Sentarse en un ribazo con su hijo menudo.

Sentarse en un ribazo y amamantar en paz.

 

Pero no hallaba sitio.

No encontraba reposo.

No lograba la pausa sosegada y segura

que las madres precisan.

Ese viento apacible que jamás se interpone

entre el pecho y el labio.

 

Buscaba cerca y lejos.

Buscaba por las calles,

por los jardines y bajo los tejados,

y en los atrios de las iglesias,

por los caminos desnudos y las carreteras arboladas.

Buscaba un rincón sin espantos,

un lugar aseado para colocar una cuna.

Y corría y corría.

Dio la vuelta a la tierra.

Buscando.

Huyendo.

Buscando.

Y no encontraba sitio.

Y seguía corriendo.

 

Y el niño sollozaba débilmente.

Crecía débilmente

colgado de su carne fatigada.

 

 

Ángela Figuera Aymerich. El grito inútil, 1952. En Obras completas. Hiperión, 2009.

Imagen: Ramadan Abed. Una mujer palestina huye con sus hijos trillizos del hospital de Al Shifa después de un bombardeo israelí, 2024.